Hoy en día, y cada vez más, es importante dar a conocer tu producto en el mundo digital. Puedes hacerlo en tu propia web, e-commerce, tienda marketplace o redes sociales. Sea como sea, siempre vas a necesitar una buena fotografía de producto.

No solo me refiero a la calidad técnica. Una fotografía de producto sobre todo debe cumplir su objetivo: vender.

Para eso hay que tener en cuenta muchos factores. Hoy te voy a contar siete claves para conseguirlo.

1. Tu producto tiene que ser el protagonista de la foto

Esto podría parecer algo obvio, pero no lo es. A veces, en nuestro afán de crear un ambiente o imitar algo que hemos visto en las redes, utilizamos demasiados elementos. 

Tu producto queda escondido entre otros muchos objetos o colores. 

Te pongo un ejemplo. Quieres poner a la venta una camiseta diseñada por ti. La colocas en el centro de la foto. Para darle un poco de personalidad y hacer que tu clienta se la imagine con otras prendas, pones a su alrededor una cazadora vaquera muy moderna, unas botas, unos pantalones cortos desgastados y un cinturón enrollado.

Has creado un look perfecto y haces unas fotos preciosas. Incluso tus amistades te felicitan por ellas.

Ahora piénsalo, ¿esas fotos tan bonitas cumplen su objetivo?

Pista: tu objetivo es vender la camiseta. 

Tú sabes qué vendes, pero no des por hecho que los demás también. La realidad es que alguien que entre en tu tienda online puede tener dudas. 

“¿Vendes solo la camiseta como dice el título? ¿O también las demás prendas? ¿Haces cinturones de cuero? ¿En qué apartado está esa cazadora tan chula que es justo la que quiero tener colgada en mi armario? Uy, voy a buscar cazadoras en…”

Has conseguido hacer justo lo último que querías: desviar la atención de tu producto.

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2. La iluminación y la nitidez son fundamentales

Publica siempre fotos bien enfocadas y por supuesto bien iluminadas. 

Mi consejo es que apoyes la cámara en un trípode o en una superficie fija para evitar que salga movida.

Cuando publicas una foto de tu fofucha mal iluminada, puedes creer que nadie se va a dar cuenta o que a tu clienta le da igual. Siento decirte que te equivocas. 

Tu clienta quiere que le demuestres que tienes interés por ella y por su bienestar, no solo por vender. La única forma de mostrar tu aprecio por alguien que se interesa en lo que haces es compartir material de calidad. 

Compre o no compre, haz que tu visitante disfrute de la experiencia de pasar por tu tienda online. Es la mejor forma de hacer que vuelva.

¿Qué para qué te vas a molestar si tú ya vendes? Imagínate entonces lo que venderías con unas fotos profesionales de producto.

3. Muestra tu producto tal y como es

Enseña sus características reales: tamaño, color, forma, acabados…

Por ejemplo, para que tu clienta se haga una idea del tamaño real de tu creación, puedes compararlo con otro objeto (que no desvíe la atención). 

Tampoco te vengas arriba con la edición, sobre todo si eres inexperta. Retoca lo justo para que tu producto sea la mejor versión de sí mismo

No conviertas el color azul celeste de la piedra de tu anillo en un azul fosforito que no tiene nada que ver con la realidad. 

Mostrar tu producto de manera realista es la mejor forma de evitar devoluciones. 

4. Resalta eso que lo hace tan especial

Recuerda enseñar a tus visitantes la característica que hace que tu producto sea único. O el beneficio que obtendrá usándolo.

Destaca tu propuesta de valor de una manera visual.

Has creado un jabón que utiliza aceite de jojoba en vez de aceites refinados. 

Muestra el aceite de jojoba en un recipiente de vidrio con su cuentagotas, por ejemplo.

Te has esforzado en elaborar un producto que respeta el medio ambiente. ¡No lo escondas, caramba!

5. Fotografía detalles de las partes importantes de tu producto

No solo cuelgues fotografías que retraten el producto completo. Enseña detalles. Gracias a esto, puedes compartir el valor de las cosas pequeñas. 

Tal vez necesites mostrar que el llavero que has hecho lleva un refuerzo que lo hace casi irrompible. 

Si eres una maestra del punto de cruz, haz una foto que muestre de cerca esa parte tan difícil que te ha quedado perfecta.

Imagina que vendes unos relojes que permiten ver el mecanismo a través de la esfera y su correa lleva un trenzado de cuero.

Bien, muestra una foto del reloj completo, otra que sea un plano detalle de la esfera y una tercera en la que se aprecie la trenza de la correa.

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6. Ten en cuenta dónde vas a mostrar la fotografía

Antes de empezar a hacer fotos, piensa dónde la vas a publicar… y no solo por las medidas. 

Si es para Instagram, necesitas impactar. Ten en cuenta que competirá por la atención de tu clienta con un montón de fotos de productos similares. Haz una foto llamativa.

Si es para una página web, sé elegante. Las fotos estridentes cansan y es probable que tu clienta entre varias veces antes de hacer un pedido.

Si es para una ficha de producto, incluye siempre al menos una foto con fondo blanco.

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7. Nunca, nunca uses fotografías de producto de un banco de imágenes

Hacer fotografías no es sencillo. A veces lo intentas una y otra vez y no consigues el resultado que quieres. El tiempo se te echa encima y necesitas subir ya esas fotos.

En momentos así, puedes sentir la tentación de recurrir a Google o a bancos de imágenes. Es verdad que hoy en día tenemos a nuestra disposición miles de opciones. Algunas incluso son muy parecidas a tu producto. ¡Son casi iguales!

¿Debes tomar ese atajo? Nunca. Aunque se parezcan a tu producto, no lo son. Tu producto es especial y por eso lo compartes con los demás. Le has dedicado mucho tiempo. Estás orgullosa de él. ¡Demuéstralo con una imagen igual de especial!

Recuerda que utilizas la fotografía de producto para mostrar la mejor versión de tu creación o producto y para diferenciarte de la competencia. Es la mejor manera de presentar tus productos al mundo. Tenlo siempre en mente.